-Él es Franco, su nuevo compañero - dijo mientras lo metía en la celda para después irse de la habitación.
-Buenas tardes- me dijo él con una voz muy cansada.
-Buenas tardes-contesté, extrañado por su aspecto.
Nos quedamos en silencio, y así pasaron los minutos hasta convertirse en una hora. Escuche que Franco empezó a decir palabras inentendibles en un tono muy bajo y cada vez se volvía más enojado.
-¿Esta bien?- me animé a preguntarle.
-En realidad, no- suspiró harto.
-Y, ¿usted por qué esta acá? Parece un hombre muy bueno y respetuoso para terminar en la cárcel- le pregunté.
-Sí, quizás tenga razón. Y tengo que admitir que usted tampoco parece pertenecer aquí. Yo soy médico. Estaba de médico voluntario en la Guerra. Creo que ese fue mi primer error. Intenté salvar a muchos colegas, amigos y compañeros, pero no había forma de hacerlo. Vi como mi hermano se debilitaba día a día enfrente de mí… eso fue muy fuerte para mí…- Apenas terminó de decir eso comenzó a toser cada vez más fuerte. - Perdón- dijo cuando por fin su tos cesó levemente-
-Proceda con la historia, por favor- le pedí.
- Siempre estuve intentando ayudar a la gente pero nunca fui demasiado cauteloso en cuanto a mi salud. Ahora estoy muy enfermo y no sé si pueda curarme. Todo por culpa de ellos, los ingleses. Cuando me enteré que muchos conocidos habían muerto por ellos, y ahí sentí que tenía que hacer algo.- terminó de decir
- Entonces ¿qué hizo?- le pregunté muy intrigado
- Vi a un soldado muerto, me puse su uniforme y fui a pelear. Ahí fue cuando comenzó todo- dijo angustiado mientras lo miraba con curiosidad.
-Siga- le dije cuando noté que se había quedado callado como por un minuto-
-Luché, peleé contra los ingleses hasta que me obligaron a volver ya que estaba muy dañado y enfermo. Al principio me negué pero después comprendí que quizás hacía falta. Hice lo que pude para cabalgar y volví a mi casa pensando que mi esposa estaría allí esperándome, pero no, ella estaba con…. - suspiró enojado pero con un poco de angustia- un español, me enojé mucho y lo empecé a golpear primitivamente sin pensarlo, ahí me descubrieron. Por eso estoy acá -. Su voz se iba debilitando cada vez más. Vi que se sentía muy mal ya que se puso pálido así que me acerqué a él y note que él había dejado de respirar. Había muerto. Mientras me contaba la historia pude ver en sus ojos que había sufrido mucho, tal vez demasiado como para seguir luchando.