lunes, 15 de mayo de 2017


¿Cómo podríamos pensar mejor?

   En este informe se expondrán propuestas presentadas por científicos y pensadores, en una reunión llevada a cabo en el sitio Edge.org, a partir de la pregunta que se les planteó: “¿Qué podemos hacer para pensar mejor?”
   Pensar es una de las acciones más importantes que ejecutamos en nuestra vida cotidiana, así como también estamos experimentando constantemente situaciones o sensaciones que nos resultan placenteras y otras que no. Antes de tomar una decisión contemplamos  dos posibilidades: triunfar o  fracasar. La mayoría de la gente se aterroriza frente al fracaso,pero ciertamente los seres humanos aprendemos de nuestros errores y el hecho de fallar, tal como sostiene Kelvin Kelly, el autor de “La virtud de nuestros errores”, no es más que el primer paso de acceso al conocimiento.
  Por otro lado, otra de las ideas propuestas por Nicholas Carr expresa que en algunas ocasiones tenemos lapsos o lagunas mentales dado que recibimos numerosa cantidad de información que viene de diferentes lados simultáneamente, y nuestro cerebro estás capacitado para retener solamente siete piezas de información al mismo tiempo, según afirma el psicólogo George Miller. Se le llama “carga cognitiva” a la cantidad de datos que ingresan a nuestro conocimiento en cualquier instante; y cuando esta se “sobrecarga” ,nuestra capacidad intelectual se ve afectada. Por esa razón, Carr sostiene que deberíamos intentar concentrarnos únicamente en lo que estamos haciendo, dejando de lado los otros fragmentos de información que están latentes en nuestra conciencia.
  Asimismo, partiendo de la conocida frase “Uno para todos y todos para uno”, y Matt Ridley sostiene que “El éxito humano es enteramente un fenómeno de redes”, es decir, que la inteligencia colectiva es mucho más competente que la individual. Uno de los argumentos en los que se basa esta teoría es el siguiente: en un grupo de gente, cada una de las personas podría especializarse en un aspecto. Luego los resultados se comparten e intercambian, logrando así un mejor resultado del que hubiera rendido un solo individuo.
  No obstante, Clifford Pickover , autor del texto “Pensamiento caleidoscópico”, plantea que si dos o más personas coinciden en la misma época y tienen conocimientos acumulados, podrían tener la misma idea o el mismo descubrimiento al mismo tiempo. A su vez, el sociólogo de la ciencia Robert Merton indica que “todos los descubrimientos científicos son en principio múltiples”.  Es decir que todos los descubrimientos son pensados por muchas personas, pero generalmente no todas ellas lo desarrollan.
  Por último ,se desarrollará cómo nuestro cerebro cambia y se adapta a las nuevas cosas. Por ejemplo, la idea de que la evolución de herramientas que le sirven al hombre lo modifican y viceversa. El cerebro se transforma con esas herramientas y también por ellas, ya que su forma de vida varía una vez que tiene la herramienta necesaria.
  En adición, teniendo en cuenta la plasticidad de nuestro cerebro, podríamos tomarnos la libertad de diseñarlo según Don Tapscott. En otras palabras, lograríamos “fortificar” los aspectos que más nos gustarían ejercitándolos día a día; y el área de nuestro cerebro encargada de hacer esta tarea, crecería.
  Ahora bien, las redes sociales y las tecnologías no son neutrales y no solo su contenido y uso determinan su impacto . Así lo señala Rushkoff  en su informe “Mirar no es ver” , donde explica que no siempre somos conscientes de cómo las nuevas tecnologías influyen en nuestras vidas , por lo que no tenemos control sobre ellas, y las aceptamos, dejando que estas modifiquen nuestra cultura y forma de vida.
  En conclusión , se desplegaron diferentes teorías sobre cómo podríamos manejar nuestra mente para orientarla a ser más eficaz. Muchas de las hipótesis han sido comprobadas por lo que si intentáramos aplicarlas en nuestra vida, ¿Lograríamos pensar mejor o tan solo conocernos mejor?

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