lunes, 15 de mayo de 2017

Transgresión del rol femenino en Medea


  La tragedia es uno de los géneros dramáticos de la literatura griega. La tragedia griega se desarrolla en el siglo V antes de Cristo y sus personajes son héroes o dioses. Todo comienza por una hamartía cometida por un humano, a través de esta el público experimenta la catarsis, y concluye con un hecho trágico, tal como la muerte de un inocente. A su vez en las tragedias griegas toda la historia concurre en un mismo día.


  En el caso particular de Medea, de Eurípides , la protagonista de la obra transgrede el rol asignado que tenía la mujer de la época en la cultura griega.

  En ese entonces, la mujer tenía el rol de cuidar de sus hijos y quedarse en el hogar. El que salía al mundo y se enfrentaba a las adversidades para sostener a su familia era el hombre. A su vez, las mujeres debían obedecer a las figuras masculinas de su entorno.

  Aunque al principio del mito Medea sigue este estereotipo, podemos ver cómo a medida que la obra continúa, este se va rompiendo, y la verdadera esencia de la protagonista sale a la luz.

  Al principio Medea llora y se lamenta por Jasón sin hacer nada al respecto, como se era de esperar en esa época:

“¡Ay, ay, desgraciada de mi e infeliz por mis sufrimientos! ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¿Cómo podría morir?”

  Entonces se encuentra vulnerable, por su amado, que la ha abandonado a ella y a sus hijos para casarse con una princesa y así tener más poder.

  No obstante, mientras esto sucede, la nodriza le advierte al pedagogo que cuide a los niños de su madre, animalizándola,  pues esta se encuentra irritada y podría descargar su ira en ellos.

“Y tú, tenlos lo más apartados posible. No los acerques a su irritada madre, ya la he visto mirarlos con ojos fieros de toro, como si algo tramara. No cesará su cólera, lo sé bien, antes de desencadenarla sobre alguien.”

  En esta cita podemos observar cómo Medea comienza a transgredir el rol. No se esperaba en esa época que las mujeres lastimaran o pensaran en lastimar a sus hijos. Sino que, por el contrario , esta debía transmitirles amor y cuidar de ellos, tal como podemos notar en lo que el coro dice al saber su plan :

“¿Dónde hallará tu mente y tu mano valor para llevar al corazón de tus hijos tan horrible audacia?[…]¿Cómo ,al dirigir tus ojos sobre ellos, soportarás sin lágrimas su destino de muerte?”

  Incluso Medea planea, además de matar a sus hijos y vengarse de Jasón, envenenar a la nueva esposa de este. En efecto, lleva a cabo su plan en el final de la obra. Lógicamente esta acción también deja en claro que la protagonista de la obra transgrede el estereotipo de género ya que , como se especificó anteriormente, el hombre era el que se vengaba y enfrentaba las adversidades. Por eso Medea en uno de sus argumentos sostiene que preferiría ser un hombre ya que sus actitudes y actos eran los esperados de una figura masculina. La mujer nunca formaba parte de la acción:

“[…] Dicen que vivimos en la casa una vida exenta de peligros, mientras ellos luchan con la lanza. ¡Necios! Preferiría tres veces estar a pie firme con un escudo, que dar a luz una sola vez.”

  A pesar de que Medea se muestra en variadas ocasiones como la típica mujer a lo largo de la tragedia, esto es debido a que manipula a los otros personajes fingiendo ser vulnerables para conseguir lo que ella quiere. Pero en estas ocasiones no está siendo quien verdaderamente es, por ejemplo, en su conversación con Creonte:

“¡Ay! Estoy completamente perdida , ¡desgraciada de mí! Mis enemigos despliegan todas las velas y no hay desembarco accesible para escapar a esta desgracia.”

  Esta posición de víctima desventajada era la que tenían las mujeres, ya que ellas no podían vengarse o hacerse valer por ellas mismas, sino que dependían de alguien.

   En síntesis, podemos afirmar que Medea es un personaje que debido a su carácter fuerte y audacia, transgrede por completo el rol asignado tradicionalmente a la mujer. Si bien al comienzo podemos creer que la protagonista cumple con los requisitos luego vamos abandonando ese pensamiento y nos damos cuenta de que , por el contrario, Medea no es una persona sumisa que aceptará órdenes , sino que tiene la fuerza suficiente como para hacer justicia por mano propia, manipular y convencer a quien necesite.

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